En muchas oportunidades hemos escuchado la frase " la juventud de hoy no es la misma que la de antes". La distinción entre los medios nuevos y los medios tradicionales no tiene para los chicos de hoy ningún sentido; los jóvenes que tienen menos de 18 años son la primera generación que ha conocido desde su infancia un universo mediático y muy diversificado, se mueven cómodos en este mundo de dinamismo, de fragmentación, de inmediatez, un mundo mosaico en el que todo es simultáneo. Por eso, efectivamente, los adolescentes piensan, perciben y sienten de manera distinta a los adultos. Para ellos, el zapeo dejó de ser una actitud frente al televisor, para pasar a ser una actitud frente a la vida.
Estudios recientes demuestran que solo un 15% de los jóvenes consideran que sus padres saben mas de computación que ellos de manera que, esto afecta las dinámicas familiares porque se invierte la transferencia de conocimientos de hijos a padres, siendo natural para los adolescentes que su principal interlocutor sean sus amigos o hermanos.
Curiosamente los adultos proyectan sus temores a los cambios en lo que creen que es la parte mas vulnerable de la sociedad (la infancia). Por ello, cuando de nuevas tecnologías y de jóvenes se trata, las palabras que más se oyen son peligro y adicción sin darse cuenta de que, ahora, la parte mas vulnerable de la sociedad no son los chicos, sino los que no saben nada de las nuevas tecnologías, aún mas, los que no quieren saber nada de ellas.
Precisamente allí está el reto, porque nosotros como docentes nos toca educar a esta generación, por lo que se visualiza un choque de culturas, por una parte aquellos alumnos que utilizan la tecnología como parte de su vida y que van desarrollando este uso en casa, en el cybercafé, con sus compañeros, y por otra parte, aquellos docentes renuentes al cambio.
Contar con habilidad para organizar la información y el conocimiento con el apoyo de una capacitación básica es lo primero para dejar de ver la tecnología tan aterradora, principalmente cuando vean el beneficio que se puede adquirir en las actividades diarias, tanto profesionales como personales. También se pueden realizar pequeñas actividades de investigación junto con los estudiantes para de esta forma crear sinergia con ellos y sobre todo hacer que se sientan en confianza y juntos lo vean como una herramienta más para el aprendizaje.
En este sentido, se hace necesario mencionar las palabras de Oscar Wilde "Nada detesta tanto el público como la novedad... El público rechaza lo nuevo, porque le tiene miedo".
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